Basta con recortar estas formas geométricas simples
que son la base de las cinco vocales
en algún material flotante:
corcho, goma eva, esponja o plástico.
Cuantas más piezas tengáis
más podréis jugar.
Nuestra sorpresa fue al intentar
explicar que la pesca podían clasificar,
pues los críos por su cuenta ya lo habían adivinado.
Que gran poder de intuición para la anticipación.
Así hemos repasado un poco las vocales
que las teníamos olvidadas
y los más pequeños se familiarizan con sus formas
que ellos también tienen ganas de saber
a veces antes de lo que les toca.
Para descansar del agua
podéis jugar al fantasma como en su cuento.
También podéis inventar historias a partir de sus formas.
La A como la montaña que esconde una secreta cabaña.
La E como el gran peine de un enorme gigante.
La I como una varita mágica que concede deseos.
la O como una gran rueda que te lleva a todos sitios.
La U como una enorme half para lanzarse patinando.
Ahora te toca a ti descubrir que se esconde en sus siluetas.
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