Como cada otoño aparece el azafrán y nos recuerda a los que ya no están. Nos lo regaló un abuelo muy sabio que aprendió a leer y a escribir con nosotros a los 80 años. Se pensaba que no sabía nada y lo sabía todo. Por eso nos enseñó más de lo que aprendió: las mejores lunas para plantar, a sacarle jugo a la vida y a nunca la toalla tirar. Fue una lección de vida ver sus ansias de aprender y ver que a cualquier edad se puede crecer.
Recordad que esta flor, a parte de ser tan preciosa, nos regala sus estambres naranjas como una de las especies más valoradas porqué es un condimento lleno de alimento. Así que si podéis conseguir uno de sus bulbos, cuidadla y dejad que os acompañe. Buen otoño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario